LA
FAMILIA TRIÁNGULO.
Danny Perich Campana.

Todos los triángulos somos
polígonos muy amigables,
3 lados, 3 ángulos, 3 vértices,
nuestros elementos principales.
Yo soy el equilátero
y mis lados iguales tengo,
y por más que me estiren y estiren
mis ángulos inalterables mantengo
Cada uno de ellos mide
exactamente 60 grados
y cuando me trazan una altura
quedo en dos partes iguales, cortado.
Yo soy su hermano isósceles
tengo tan solo dos lados iguales
y opuestos a ellos, modestamente,
dos ángulos que lo mismo valen.
De mis hermanos soy el más
desordenado,
como escaleno me han bautizado,
mis ángulos son todos desiguales
y lo mismo pasa con mis lados.
El que no se hace mayor problemas
es mi primo acutángulo
pues menos de 90 grados tiene
la medida de sus ángulos.
Pero el más chistoso de todos
es el tío obtusángulo
que entre 90 y 180 grados
tiene uno de sus ángulos.
Y si preguntan por el más famoso,
no hay duda: triángulo rectángulo
con un ángulo de 90 grados
a sus catetos afirmando.
A su lado más largo
por hipotenusa han bautizado,
¿creerías que en tan pequeño triángulo
el más grande teorema se ha creado?
Pitágoras fue el matemático
que descubrió por sabio y sus musas
que al sumar el cuadrado de los catetos,
resulta igual que el cuadrado de la hipotenusa.
Y esta historia familiar
finaliza,
en otro momento nos juntaremos
para hablar de los cuadriláteros
y de todo su parentesco.
LA MATEMÁTICA ME ESPERA
Gabriela Noriega
Cuando todo quería poner en
práctica
Siempre debía recurrir a la
matemática.
Quería solamente dedicarme al
dibujo, a la pintura
Pero debía sacar proporciones y
medir la altura.
Quería también dedicarme a cantar
Pero debía medir el tiempo entre
el canto y la música por tocar.
Creí encontrar en el baile una
solución
Pero si no contaba los pasos era
mi perdición.
A la composición de poesías me
quise dedicar,
Pero debía medir los versos para
una buena poesía lograr.
Geografía, historia, música,
todas con la matemática se relacionaban
y en mi mente números y números
se cruzaban.
Para olvidarme caminé y caminé
y al mirar un letrero que decía 5
km encontré.
Miré mi reloj y una hora había
demorado
y en mi mente una pregunta había
pasado.
Si en una hora 5 km había
caminado
en 4 horas ¿cuántos km habría
avanzado?
Dije entonces 1 es 4 como 5 es x,
sin pensar
que con una regla de tres simple
me había yo de encontrar.
Multipliqué 5 por el 4 y 20 me
dio, despejé la x y el 1 dividiendo pasó,
la x igual a 20 me quedó y 20 km
habría de recorrer yo.
Luego pensando me di cuenta que
con la matemática me había de nuevo encontrado,
y me di cuenta que ni siquiera
caminar podía hacerlo, sin ella a mi lado.
Fue en ese momento cuando su importancia
descubrí
y aunque a veces me cansaba, las
tablas aprendí.
Pero me dí cuenta que aunque de
ella escaparme quiera,
hasta en las cosas más sencillas
la matemática espera.

Millôr Fernandes
En las muchas hojas
Del libro de matemáticas
Un Cociente se enamoró
Un día dolorosamente
De una Incógnita.
La vio con su mirada innumerable
y la vio desde el ápice a la base:
Una figura impar;
ojos de robot, boca de trapecio,
cuerpo rectangular, senos esferoides.
Hizo de la suya una vida
paralela a la de ella,
hasta que se encontraron
en el infinito.
<<¿Quién eres tú? >> -indagó ella
con ansia radical.
<<Pero puedes llamarme hipotenusa >>
Y de hablar descubrieron que eran
(lo que en aritmética corresponde a las almas hermanas)
primos entre sí.
Y así se amaron
al cuadrado de la velocidad de la luz,
en una sexta potencia
trazando ,
al sabor del momento
y de la pasión,
rectas, curvas, círculos y líneas sinusoidales
en los jardines de la cuarta dimensión.
Escandalizaron a los ortodoxos de las formas euclidianas
y a los exegetas del Universo infinito.
Rompieron convenciones newtonianas y pitagóricas.
Y en fin resolvieron casarse,
constituir un hogar,
más que un hogar, una perpendicular.
Invitaron como padrinos
al Polígono y a la Bisectriz.
E hicieron planos y ecuaciones y diagramas para el futuro
soñando con una felicidad
integral y diferencial.
Y se casaron y tuvieron una secante y tres conos
muy graciosillos
Y fueron felices
hasta aquel día
en que todo se vuelve al fin
monotonía.
Fue entonces cuando surgió
El Máximo Común Divisor.
Ofreciole, a ella,
una grandeza absoluta
y la redujo a un denominador común.
Él, Cociente, percibió
Que con ella no formaba un todo,
una unidad.
Era un triángulo, llamado amoroso.
De ese problema él era una fracción
la más ordinaria.
Pero fue entonces cuando Einstein descubrió la Relatividad
Y todo lo que era espurio pasó a ser
moralidad
Como en cualquier sociedad.
En las muchas hojas
Del libro de matemáticas
Un Cociente se enamoró
Un día dolorosamente
De una Incógnita.
La vio con su mirada innumerable
y la vio desde el ápice a la base:
Una figura impar;
ojos de robot, boca de trapecio,
cuerpo rectangular, senos esferoides.
Hizo de la suya una vida
paralela a la de ella,
hasta que se encontraron
en el infinito.
<<¿Quién eres tú? >> -indagó ella
con ansia radical.
<<Pero puedes llamarme hipotenusa >>
Y de hablar descubrieron que eran
(lo que en aritmética corresponde a las almas hermanas)
primos entre sí.
Y así se amaron
al cuadrado de la velocidad de la luz,
en una sexta potencia
trazando ,
al sabor del momento
y de la pasión,
rectas, curvas, círculos y líneas sinusoidales
en los jardines de la cuarta dimensión.
Escandalizaron a los ortodoxos de las formas euclidianas
y a los exegetas del Universo infinito.
Rompieron convenciones newtonianas y pitagóricas.
Y en fin resolvieron casarse,
constituir un hogar,
más que un hogar, una perpendicular.
Invitaron como padrinos
al Polígono y a la Bisectriz.
E hicieron planos y ecuaciones y diagramas para el futuro
soñando con una felicidad
integral y diferencial.
Y se casaron y tuvieron una secante y tres conos
muy graciosillos
Y fueron felices
hasta aquel día
en que todo se vuelve al fin
monotonía.
Fue entonces cuando surgió
El Máximo Común Divisor.
Ofreciole, a ella,
una grandeza absoluta
y la redujo a un denominador común.
Él, Cociente, percibió
Que con ella no formaba un todo,
una unidad.
Era un triángulo, llamado amoroso.
De ese problema él era una fracción
la más ordinaria.
Pero fue entonces cuando Einstein descubrió la Relatividad
Y todo lo que era espurio pasó a ser
moralidad
Como en cualquier sociedad.
LOS
CUADRILÁTEROS
Danny Perich Campana.
Figuras
de cuatro lados,
algunos cortos, otros largos,
horizontales, verticales, oblicuos,
por diagonales atravesados.
algunos cortos, otros largos,
horizontales, verticales, oblicuos,
por diagonales atravesados.
Si
suman nuestros ángulos
una sorpresa se llevarán,
pues interiores o exteriores
siempre 360 grados sumarán.
una sorpresa se llevarán,
pues interiores o exteriores
siempre 360 grados sumarán.
Por
nuestras propiedades
el mundo nos ha dividido;
en paralelogramos, trapecios y trapezoides
nos hemos convertido.
el mundo nos ha dividido;
en paralelogramos, trapecios y trapezoides
nos hemos convertido.
Y
nos llaman paralelogramos
si tenemos los lados paralelos,
cuadrado, rectángulo, rombo
y romboide, siempre seremos.
si tenemos los lados paralelos,
cuadrado, rectángulo, rombo
y romboide, siempre seremos.
El
trapecio tiene solamente
un par de lados paralelos,
el destartalado trapezoide,
no tiene ninguno de ellos.
un par de lados paralelos,
el destartalado trapezoide,
no tiene ninguno de ellos.
Si
mis diagonales son iguales,
se dimidian y son perpendiculares,
es porque soy un cuadrado
ahora muy bien lo sabes.
se dimidian y son perpendiculares,
es porque soy un cuadrado
ahora muy bien lo sabes.
La
diferencia con ese personaje
es que mis diagonales son distintas
soy el famoso rombo,
no doy autógrafos, no insistan.
es que mis diagonales son distintas
soy el famoso rombo,
no doy autógrafos, no insistan.
Hoy
tendremos una fiesta
y a las circunferencias invitaremos
para que inscritas o circunscritas
eternamente.bailemos.
y a las circunferencias invitaremos
para que inscritas o circunscritas
eternamente.bailemos.
Ausencia
matemática de mi amado

Amado mío, te has marchado sin un rumbo fijo. Has partido, pero no a la
eternidad.
El amor debe ser directamente proporcional al cuadrado de la energía
cinética de nuestros corazones, pero no entiendo por qué en ti se ha empezado a
comportar como una función decreciente.
Nos rige la ley de acción- reacción, causa-efecto, me resulta más fácil
resolver un algoritmo matemático, que uno impuesto por tu corazón.
Tu complejidad ha empezado a tender al infinito, y mi imaginación está
yendo más allá de la raíz cuadrada de un número negativo, razón por la cual mis
sentimientos han adoptado el comportamiento de una función oscilante.
¿Por qué te empeñas corazón en vacilar de un extremo a otro? ¿Por qué
no cambias tu trayectoria? Estas acostumbrado a cortar camino con artificios
matemáticos, pero en este ejercicio ninguno te ha funcionado.
¿No te basta la velocidad a la cual lates? Insistes en imprimir una
aceleración negativa, ¿para que retroceder? si el tiempo cada vez avanza más.
Toma una calculadora, y saca cuentas de cuanto has perdido. A pesar de que
estas sumando el resultado cada vez es menor. Recuerda que signos contrarios se
restan, prevaleciendo el signo del número mayor, en tu caso el negativo.
¿Qué esperas para hallar el valor absoluto de esa situación? No permitas
que las leyes físicas de polos opuestos sigan reinando en tu corazón.
Amado mío, necesito de tu ayuda para dejar este juego con las matemáticas.
Desde que te ausentaste a mis dedos se les olvido contar, mi mente perdió la
habilidad de calcular tu amor por mí, ya no soy un buen observador pues mi
visión se disminuyó a la mitad, lo que antes me alegraba ahora solo me trae
tristezas.
Este pedazo de papel se ha acabado, la tinta empieza a escasear, y tu amado
mío, ya no estas.
Autora: Jaidy
Marjorie Jacome Lindarte
No hay comentarios.:
Publicar un comentario